¡FUERA ESTRÉS! di ADIÓS A los VERANO DE MASAS
¿Alguna vez te ha pasado que eliges tus vacaciones para desconectar y después no son lo que esperabas?
Los niños de los vecinos gritando a primera hora de la mañana, la playa con sombrillas reservadas a las 8h, el chiringuito lleno y sin una mesa para ti…
A todos nos ha pasado alguna vez. Recuerdo la primera vez que reservamos aquel apartamento en la playa. Nosotros, los dos niños, los perros. Wow!! Pensamos, vacaciones en la playa (es que somos de montaña y claro a todos nos gusta lo que no tenemos habitualmente).
La primera noche, no pudimos dormir, calor bochornoso, mosquitos, por no hablar de la emoción de los niños a la hora de entrada que ya querían comprar todas las tablas y flotadores de flamenco que había en cada tienda. Playa, playa, playa. Casi no pudimos deshacer las maletas, eran solo 15 días, pero pareciera que íbamos a quedarnos toda la vida. Nos fuimos a dar el primer baño de nuestras vacaciones.
Sorpresa!! ¿Dónde ponemos las toallas? ¿Entre estas dos familias? ¿Junto a los pies del que está tumbado en la orilla? Vale, no hay sitio, pues nada, lo dejamos todo aquí en un montón.
Después de 30 minutos en el agua, decidimos salir a jugar a las palas, imposible. Pues bueno, cogemos las cosas y volvemos al apartamento así aprovechamos para deshacer maletas. Calor. Pero calor bochornoso. Bueno, es lo que tiene.
2º día de vacaciones. Por favor, es increíble pero se han puesto a hacer obras en el piso de al lado y los golpes despiertan a los peques de mala uva. Venga! Que no pasa nada, nos vamos a la playita.
Después de una super sesión de playa. Hasta las 14.30h (nunca habíamos aguantado tanto).
Y así, más o menos parecido, los días 3, 4 y 5 de las vacaciones soñadas. Y llegó «su» fin de las vacaciones.
Ya estaban hartos de arena, de no poder jugar a las palas, de despertarse a golpes de martillo, de las noches pegajosas o de dormir con ventilador y al día siguiente con un resfriado de un par de narices.


los veranos se pasan mejor en el pueblo
Eso nos dijeron los niños al año siguiente, bueno y a los 5 días de nuestras primeras vacaciones en la playa.
Echábamos de menos, la tranquilidad, dormir fresquitos, la piscina solo para nosotros, el chiringuito de la piscina municipal y la propia piscina (que valen oro).
En resumen, que donde hay verde, hay verano fresquito, al menos noches de dormir a pierna suelta.
Ah!! Y despertar con el canto de los pájaros y NADA MÁS, contrasta con los golpes de martillo. Mucho.


se va el estrés
Nunca nos ha gustado viajar en verano, tampoco es que siempre podamos hacerlo, y es justo por eso, por el estrés, tanta gente en todas partes, consumismo excesivo… Y que el verano se pasa mejor en el pueblo.
Mañanas y noches al fresco, piscina super refrescante y pozas naturales para bañarse y pasar el día entero.
Sin tiendas, sin tráfico, sin jaleo, sin nada de lo que no te haga falta. Si quieres desconectar, claro.
Si lo quieres, lo buscas, tienes la playa a 30 minutos en coche. Y si no lo quieres, no te encuentra. El estrés.
Dime si puede haber mucho de eso en un pueblo de 30 habitantes. ¿30? ¿En verano? Sí, en verano. El pueblo entero para ti, bueno y para los que estamos aquí todo el año, claro.
Aquí no tendrás que comprar una tabla cada día ni un flotador de flamencos. Primero porque solo tenemos lo que necesitamos y si necesitas algo más lo tienes a un subir y bajar del coche.
Si nunca has pasado tus vacaciones de verano en el pueblo, repetirás, si ya lo has hecho, sabes de qué va.
Click aquí para pasar tu mejor verano en una casa rural, sin estrés.
